Toque, elegancia, coraje, química. Todas esas palabras pudieron adjetivar a la selección española antes del mundial Sudáfrica 2010, después de él, sólo campeones les sienta bien
Bajo el zumbido de las omnipresentes vuvuzelas, la oncena ibérica desplegó el fútbol más hermoso y entretenido que se haya visto en los últimos años. Poco importó cargar con el peso del favoritismo, Xavi Hernández y don Andrés Iniesta pusieron sus hombros a la orden e impusieron un ritmo y un color sólo admirado en el pasado cercano en una oncena que ellos mismos dan vida y corazón: el Barcelona FC.
El debut fue calamitoso. Una inesperada derrota ante Suiza por la mínima había recordado a los millones de hinchas de "La Furia" el terrible historial mundialista que poseía su país (jamás había alcanzado una semifinal). No obstante, esa dosis helvética de humildad los ubicó bajo el radar y permitió que los ojos del mundo se posaran en Alemanias goleadoras y Argentinas endiosadas.
De ahí en adelante, "La Roja" campeona de Europa, "La Roja" imbatible apareció una y otra vez exhibiendo el famoso "tiquitaca" que en esta oportunidad vio en David Villa a su gran ariete y en Fernando Torres, su gran ausente.
Con ocho goles marcados en siete encuentros España se convirtió en la selección campeona con menos dianas anotadas en la historia de un mundial con el actual formato. Pero esta oncena de Casillas y Puyol, de Xavi e Iniesta, de del Bosque y de la madre patria hizo lo que hizo jugando a defenderse mientras acariciaban y escondían el balón.
La carencia de contundencia casi les pasa factura contra Paraguay y luego contra Holanda en la final, pero también ofreció el drama propio de las epopeyas. Canten pues entonces una canción para estos héroes que llevaron a casa el trofeo sagrado. Una canción que narre su Ilíada pero que sobre todo, cuente lo que han hecho. Campeones, campeones!!! Enhorabuena España!!!
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