28 de septiembre de 2010

QuePasa en la vida de...


 -Sonido de emisión radial- Se escucha el locutor: “Cuando son las 12:00 del mediodía los dejamos con Armando Molero y ‘El Cocotero’”. -Termina la intro y suena música en vivo-. Del otro lado del trasmisor, una niña zuliana escucha pegada a la corneta con un grabador. Antes de finalizar la tonada, marca con rapidez el teléfono y escucha: “aló”.

-“Señor por favor dígale a Armando que repita la canción”. El comentario causa tanta gracia que en efecto la repitió, y sería una de las millones de veces que “El Cocotero” sonaría…

El relato descrito arriba no es más que la historia de una estrella a la que todos conocen en su tierra y fuera de ella. Un ícono de venezolanidad, éxitos y polémica que marcaron el rumbo de varias generaciones: Lila Morillo.

QuePasa tuvo la oportunidad de conversar con esta artista y conocer un poco más sobre su vida, recuerdos y trayectoria; sin dejar a un lado el moñongo. Vale acotar que al preguntarle precisamente por esta canción, se ríe pícaramente y no tarda en responder: “es algo redondo y peludo”.

Su risa es contagiosa y cuenta todo “sin pelos en la lengua”. Asegura que no hay nada mejor que sonreír y que tuvo un nuevo comienzo cuando se curó de sus ataques de epilepsia tras conocer la iglesia Pentecostal.

Carrera a pulso
“Luego de que me descubrieran fui un batacazo, la telenovela María Mercedes batió todos los records de sintonía y yo no era actriz,”, comenta. Sobre la historia de amor con el padre de sus hijas, José Luis Rodríguez “el puma”, explica que “lo conocí en persona en un estudio de Radio Caracas Televisión, pero antes ya yo lo escuchaba por radio cuando cantaba boleros con Billo’s”.

Lila habrá perdido la cuenta de los discos que ha lanzado, (según ella, después de contar la número 158), pero en 2009 un último CD la llenó de satisfacción: “Divorciada”. “Le quise hacer un homenaje a Rocío Jurado, Estelita del Llano y La Lupe. 40 temas además de “Sentencia de Amor”, una bella canción grabada con mis hijas Liliana y Lilibeth”.

Su historia
Es la tercera de 10 hermanos y desde muy temprana edad estuvo cerca de la música. “Nací entre músicos, mis tíos maternos tocaban cuatro, mi papá era guitarrista y las gaitas y el tambor nunca faltaban en la casa”, dice, mientras recuerda cómo a los 5 años ya cantaba en parrandas y a los 7 era la voz líder de un grupo.

Cuando intentamos conocer su parte más íntima, expresa con orgullo cómo su abuelo Luis Oscar Morillo le enseñó lo que es el amor y el respeto. Se le viene a la mente una anécdota que lógicamente sirvió para fortalecer su fe. “Mi hermano Claudio y yo estábamos navegando de noche con mi abuelo en su canoa, cuando comenzó una tempestad que nos asustó mucho. Pienso en eso y me dan ganas de llorar, me acuerdo que mi abuelo nos metió en donde guardaba las velas y sólo escuchábamos los estruendos mientras rezábamos”, cuenta.

Rompiendo esquemas
Se considera “sumamente romántica y rockolera”, afirmando que en todas las rockolas que existían en el país, algún disco de Lila estaba listo para sonar. “Rompí esquemas con mi estilo diferente al golpe llanero o joropo, adapte el estilo romántico y los tangos a la guitarra y el cuatro venezolano”, dice sobre su carrera.

Para “la morillito”, “La Jaula de Oro” es su más grande éxito, ya que le aseguró la internacionalización. “Recuerdo como en Nueva York mis seguidores casi tumban un teatro, fue una locura”.

Este año Lila y Lilibeth protagonizan en Costa Rica la teleserie “Redención de Amor” que llegará a 60 países, mientras que Liliana continúa trabajando en Miami. Su último proyecto, “Sacrificio de Mujer”, al aire este mes por Venevisión.

Algunos hablan sobre un reencuentro entre “las morillo”. Según rumores de la farándula nacional, podrían presentarse en vivo durante el Miss Venezuela 2010, transmitido en octubre desde el estado Zulia.


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